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AL VUELO-Vaquita

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


FABULAS DE HISOPO

(Adaptación).

Un sabio maestro y su discípulo paseaban por el campo durante una tibia mañana de verano.

A lo lejos vieron una humilde cabaña y enfilaron sus pasos hacia allá. En el camino el maestro iba enseñando a su joven alumno sobre la importancia de visitar a las personas y conocerlas personalmente.

No tardaron mucho en llegar. Tocaron la puerta y les abrió un señor muy amable. Éste los hizo pasar a la casucha y pudieron constatar la pobreza en que vivía aquella familia.

El hombre tenía una esposa y tres hijos, todos vestidos con ropa sucia y deshilachada y los zapatos rotos.

El maestro, al ver las condiciones en que vivía aquella familia le preguntó al señor cómo le hacían para sobrevivir.

El hombre le contestó que tenían una vaquita, la cual producía cierta cantidad de leche. La mitad de la leche la vendían en el pueblo o la cambiaban por otros productos alimenticios y con el resto hacían queso para su propio consumo.

El maestro se marchó con su discípulo, pensativo.

A poca distancia le dijo: Ve a empujar la vaquita al precipicio.

-Pero, maestro, la familia se va a quedar sin su fuente de ingresos,-contestó el joven aprendiz.

Al notar la firmeza en el rostro de su preceptor, aceptó a regañadientes. Fue hasta donde estaba la vaquita y la empujó al precipicio. El animal cayó hasta el fondo y murió.

Pasaron cinco años, pero aquella escena seguía grabada en la mente del muchacho.

Pero un día decidió dejar todo lo que estaba haciendo para ir a aquel lugar, contarle todo a la familia, pedirles perdón y ayudarlos en lo que pudiera para remediar el mal que les provocó.

Al llegar a donde estaba la humilde choza, encontró una casa de ladrillo bien construida, un hermoso jardín y un lujoso automóvil.

Con el remordimiento a cuestas, lamentó que aquella gente tuviera que vender su casa para poder suplir la pérdida de la vaquita.

Tocó la puerta y salió el mismo señor que conoció hacía cinco años, con una elegante bata y unas pantuflas de piel. Su esposa traía un vestido de seda y sus hijos, un poco más grandes, vestían ropa de buena calidad.

-¿Qué fue lo que pasó?-les preguntó.

-Mire, joven, después que ustedes se fueron de aquí, nuestra vaquina resbaló y cayó al precipicio, así que me ví obligado a esforzarme mucho y a desarrollar otras habilidades que ni siquiera yo sabía que tenía.

Todo esto me llevó a tener éxito y a mejorar las condiciones de mi familia, como usted puede ver.

MORALEJA: Muchos tenemos una vaquita que nos ayuda a sobrevivir con lo básico sin conocer nunca nuestras potenciales habilidades.

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