LAREDO, TX.- Juan Rosales camina de un lado hacia otro en la esquina de Mann Road y Santa Úrsula, trae un anuncio donde dice ser veterano de Vietnam y pide ayuda porque está en la ruina. El ex Marine es uno de los casi mil veteranos que están en “quiebra” en el Condado de Webb y salen a las calles en busca de ayuda.
“Yo recibo un cheque del seguro social de 612 dólares y otro de 133 por ser veterano, pero no me alcanza para vivir, hay que pagar renta, alimentos y recibos, por eso decidí salir a pedir ayuda a la gente”, dijo el hombre de 66 años.
Información revelada por el Departamento de Relaciones de Veteranos indicó que en Webb se detectaron en 2016 un total de 942 ex combatientes que reciben tratamiento médico por diversas enfermedades y no tienen un hogar fijo.
Gabriel López, presidente local de la Asociación de Veteranos de Irak y Afganistán, dijo que solicitó un reporte al gobierno federal para determinar la realidad que viven centenares de ex soldados debido a la pobreza.
“Los datos que me dieron son alarmantes, cada vez hay más veteranos que viven en el desamparo y que reciben tratamiento por la enfermedad del estrés postraumático, los números suben dramáticamente cada año”, aseguró.
El reporte indicó que en los primeros tres meses del año fiscal 2017, que comprende de octubre a diciembre del 2016, ya se detectaron a 291 veteranos sin hogar, es decir, casi el 30 por ciento de todo el total en el 2016 y faltan nueve meses por transcurrir.
El informe de la clínica de veteranos refirió además que mientras en el 2016 un total de 737 recibieron tratamiento por el síndrome de estrés postraumático, en los primeros tres meses del fiscal 2017 ya van 309, casi la mitad de todo el año anterior.
“Los veteranos en Webb viven una realidad muy triste, necesitan más servicios de salud mental porque no hay suficientes en la clínica local y necesitan más oportunidades laborales y de vivienda”, afirmó López.
Destacó que es necesario educar a la comunidad y a los políticos que los veteranos con el síndrome de estrés postraumático no son peligrosos sino al contrario, están enfermos y necesitan ayuda para salir adelante.
“Con este síndrome es fácil caer en depresión y ser presa del alcoholismo y de las drogas; urge ayuda”, clamó López.
Rosales, quien permaneció en la Marina de Estados Unidos entre 1969 y 1970 en el conflicto de Vietnam, aseguró que la gente no confía mucho en los veteranos al verlos pidiendo ayuda en las calles. “Creen que todos somos alcohólicos o usamos drogas, tengo 66 años, tuve muchos trabajos en mi vida y por cosas del destino ahora no puedo vivir con lo que tengo, por eso vencí la vergüenza y desde hace poco más de un mes salí a las calles a pedir ayuda”, relató.
Consideró triste que después de arriesgar su vida por defender a su país luchando contra el Vietcong, ahora son muy pocos los que se detienen a darle un poco de dinero.
Rosales recordó que perteneció al Batallón Tercero de Platoon de la compañía A del tercer batallón de tanques y estuvo estacionado en Con Thien y en Dong Ha.
“Para mí fue un orgullo enlistarme a los 17 años en la Marina y ser enviado a la guerra a los 18, ahora me da tristeza que la comunidad nos apoye tan poco, lo único que pido al estar en la calle es un poco de ayuda, si no la necesitara no estaría aquí”, lamentó.
Agencias
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