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Aislará con pérdidas zona de lujo en Texas, la creación del muro

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


Houston – . Shirley Menard dice que no pensó mucho en el muro fronterizo que planteó el presidente estadunidense, Donald Trump, cuando votó por él en 2016.

Ahora, el muro de nueve metros de altura es uno de sus pensamientos recurrentes, porque está previsto que uno de sus tramos se construya en su patio, lo que dividiría al River Bend Resort and Golf Club, que rodea al río Bravo. Alrededor de 70% de la comunidad —unas 200 propiedades— quedaría aislado al sur de la valla, pero al norte del río. También podrían quedar ahí 15 hoyos del campo de golf.

Estas consecuencias inesperadas han provocado que algunos residentes se replanteen el apoyo al mandatario.

Estas consecuencias inesperadas han provocado que algunos residentes se replanteen el apoyo al mandatario.

Jamás creí que harían una subdivisión”, lamentó Menard, exprofesora de Houston, quien se dice desconcertada desde que en junio le avisaron que la construcción del muro estaba planeada para 2020.

A pesar de la promesa del presidente Trump de completar 800 kilómetros del muro en su primer periodo, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y contratistas privados sólo han construido 100 kilómetros de barreras para vehículos o han remplazado cercas que se habían dañado.

Sin embargo, ha dejado claro que quiere que se construyan más secciones del muro, sin importar los obstáculos que existan, y el plan para River Bend es construir ahí parte de los 30 kilómetros del muro fronterizo propuesto en el condado de Cameron, al sur de Texas.

Un muro construido durante el gobierno de George W. Bush dejó granjas y decenas de texanos en el costado sur de la construcción y al norte del río Bravo, pero ninguna barrera fronteriza ha aislado una zona tan poblada.

Esto ha generado gran consternación en esa comunidad residencial, de mayoría blanca, y con campos de golf que atiende a una clientela de 55 años o más, integrada por personas que se han mudado o que viajan desde el Medio Oeste durante el invierno. Una escena típica de la semana pasada fue ver a un hombre que usaba calcetas, sandalias y una gorra roja de la campaña presidencial de Trump, mientras conducía un carrito de golf junto a su perro, que iba de copiloto.

GOLPE AL BOLSILLO

Sin embargo, en esta comunidad de clase media y media alta, donde los lotes para casas rodantes cuestan alrededor de 35 mil dólares y las casas de ladrillo pueden costar más de 200 mil dólares, los residentes parecen oponerse de manera unánime a los planes de construir un tramo del muro a lo largo de un dique de control de inundaciones ligeramente elevado, cubierto por un camino de grava utilizado por los autos y los carritos de golf que recorren el lugar.

Si hubiera una buena razón para hacer que el muro divida a nuestra pequeña comunidad, supongo que lo aceptaría”, dijo Susan Kaper, quien votó por Trump y se mudó desde Michigan para cuidar a su hermana enferma. “Sin embargo, aún no he escuchado un buen motivo”.

Algunos residentes consideran vender sus casas, pero aún no queda claro si los planes de levantar un muro cambiarán el mercado inmobiliario de la zona.

La situación está generando conmoción en nuestra comunidad”, dijo Jerry Olsen, que diseñaba carreteras para el Departamento de Transporte de Misuri antes de retirarse y mudarse a River Bend hace casi 20 años.

CONSIDERAN VOTO

Avie Greenslit, quien se mudó desde Minesota, recorre River Bend en un carrito rojo de golf marca Hummer. A ella le gustaba la idea de que hubiera un empresario en la Casa Blanca, pero votará por alguien más en 2020.

Norm Rourke, que a los 82 años aún monta su bicicleta todos los días para recorrer cerca de 8 kilómetros, dijo que era una de las pocas personas de su calle —hay una bandera en su jardín en la que se lee: “No al muro fronterizo”— que no votó por Trump y, desde luego, no votará por él en 2020.

No se han construido nuevas secciones del muro fronterizo en el Valle del Río Grande durante el gobierno de Trump, pero el financiamiento para 177 kilómetros del muro ya fue aprobado por el Congreso.

Vela conoce las barreras fronterizas del gobierno de Bush, que tienen cinco metros de altura. Los pocos residentes y campesinos que se encuentran al norte del río Bravo y que tuvieron la mala suerte de quedar divididos deben ir al portón corredizo más cercano, que pueden abrir al ingresar un código en un teclado numérico. Sin embargo, Vela dijo que su oficina había recibido varios informes de portones que no están funcionando bien.

El muro originalmente iba a dividir otros sitios con construcciones en el sur de Texas (observatorios de la naturaleza, un refugio para la vida silvestre, una propiedad con una capilla). Sin embargo, después de impugnaciones, esas secciones se eliminaron de los planes de construcción.

Nadie piensa mucho al respecto, sino hasta que los afecta personalmente”, comentó Menard.

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(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)