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30 y 14 años de prisión a padres de bebé que intentaron deshacer en ácido

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


Laredo, Tx.- Como responsables de haber intentado deshacer en ácido el cuerpo ya sin vida de su hija «Rebecca», Mónica Ivette Domínguez y su esposo Gerardo Zavala Loredo, fueron sentenciados a 30 y 14 años de cárcel ayer al mediodía, luego de declararse culpables durante una audiencia celebrada ayer al mediodía, en la corte 49 de Distrito.

Estos hechos, ocurridos el pasado 14 de febrero, justo a unos días que cumpliría tres años la niña, conmovieron a la sociedad de ambos Laredos, luego que las autoridades hicieran el hallazgo de los restos de la menor, sumidos en un bote de 5 galones de químicos disolventes en el interior de un apartamento, ubicado en la cuadra1800 de la calle Jefferson.

Las condenas se emitieron a la pareja, tras conocer de antemano los inculpados que no había ninguna manera de demostrar su inocencia en este caso, pues las pruebas colectadas por los investigadores fueron totalmente contundentes, altamente incriminatorias.

René Cantú, abogado de Zavala Loredo, dio a conocer que ante la situación judicial en que se encontraba su cliente, al igual que su esposa, se decidió realizar un acuerdo con la Fiscalía de Distrito para aceptar su responsabilidad penal, a cambio de una sentencia benigna.

Domínguez, entonces, aceptó 20 años en prisión, pero se le añadieron los 10 años que se le dictaron previamente por violar la libertad condicionada que gozaba durante el tiempo que ocurrió la tragedia, por lo que se totalizan 30 años de condena.

Ella, aceptó los cargos de intentar eliminar evidencias, en este caso un cuerpo humano, en grado de felonía dos, poner en peligro la vida de un menor de edad y de manipular un cadáver, estas dos acusaciones en grado de felonía estatal carcelaria.

Domínguez, hasta ese fatídico 14 de febrero, había violado hasta más de 30 veces las condiciones de su libertad probatoria, pero sin embargo la oficina de Libertad Condicionada, que dirige Melinda Vidaurri, nunca actuó en consecuencia, hasta que la madre se vio involucrada en la muerte de la menor, un homicidio que quizá se pudo haber evitado, porque hubiera estado en prisión el día en que falleció «Baby Rebecca».

La menor, murió de ahogamiento por inmersión, pues cuando se bañaba sin supervisión alguna en la bañera del apartamento, se sumió en el agua y nadie la rescató del agua.

La ahora convicta acumuló decenas de arrestos por maltratar y lesionar a menores, violencia familiar, uso de drogas y hasta robo de autos, entre otros muchos más delitos.

Zavala Loredo, por su parte, también aceptó su responsabilidad y su participación en esta asociación criminal y recibió una condena inicial de 20 años, pero se le tomó en cuenta que no tenía antecedentes penales y que era su primer delito en que incurría, tras la muerte de la niña y finalmente se le sentenció a 14 años en prisión.

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