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LOCURAS CUERDAS

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


Jorge Ignacio Chavez Mijares

Mercenarios: Ex operadores priistas.  

Estos son mis principios, si no le gustan…tengo otros. Groucho Marx.

Un mercenario es aquella persona que lucha a cambio de dinero o de un favor y, obviamente, sin motivaciones ideológicas. Creo que el hambre nos puede hacer que todos en mayor o  menor medida dejemos de ser política y partidistamente refractarios y en forma por demás pragmática podamos ser etiquetados olímpicamente, por nuestras acciones que contradigan nuestra habitual biografía, como mercenarios.  

Las campañas de antes se vivían con intensos y vivos estados pasionales partidistas, hoy esa circunstancia ha quedado obsoleta, cuando veo y escucho que el PAN no escatima relaciones con personajes cuyo protagonismo priista fue más que estridente, fundamental y estratégico.  

Probablemente nunca vimos venir la consecuencia natural que viviríamos con la caída del PRI en los ánimos del electorado. Y me estoy refiriendo al acomodo de muchos ex priistas en los dos partidos preponderantes que, a riesgo de proyectarme reiterativo, son entre quienes esta la disputa exclusiva por el congreso estatal tamaulipeco: PAN y Morena.

Que priistas se incorporen a Morena tiene cierto sentido lógico, pero que priistas se incorporen al PAN suena a traición o hasta incongruencia. El otrora conocido como el partido de la gente decente no escatima críticas y famas pasadas para intentar ganar la mayoría en el congreso y de esta forma podemos ver incorporado a los equipos de los diferentes candidatos panistas a personajes que antes eran severamente criticados y cuestionados en la versión priista de su biografía por quienes ahora los contratan para recibir sus servicios electorales.         

El marco de idilio en el que los candidatos del PAN están con figuras emblemáticas en tiempos pasados del PRI suena a esencia mercenaria.  ¡Cuántas luchas antes entre los ahora aliados!  ¡Cuántas interrogaciones al subconsciente, al destino, a la historia y a los amigos!

Somos testigos en la historia presente de lo que el escritor alemán Johann W. Goethe denominaba el  conflicto trágico entre vocación y amor, entre la aspiración a la gloria con todos sus riesgos, y el pragmatismo cínico y racionalizado para obtener lo más parecido al triunfo fácil y aparentemente seguro. Es una apuesta muy riesgosa en esta decisión, veremos para cuánto les alcanza.       

Querido y dilecto lector, en el microscopio de la antropología política podemos emitir un diagnóstico sin temor a equivocarnos, que nos explique el porqué de esta coyuntura electoral, y es que los candidatos que aceptan alianzas anti natura se quieren tanto a sí mismos, es decir, a la futura proyección de su yo, cuya grandeza sienten y no quieren dejar pasar a costa de lo que sea. Incluso de alianzas con el mismo diablo.

Por otro lado, las candidatas con su encanto rustico e hiperbolizado (aumentado) en tiempos de campaña, resuelven el terrible dilema entre amor a su partido y destino personal con crueldad quirúrgica, aprovechando que en épocas de crisis de los partidos surge el valor de los cobardes sin principios para irse a quien mejor aplaque su hambre y no la satisfacción de sus valores. ¿Cuáles?   

Siendo honestos, no podemos estar a favor o en contra de estas alianzas anti natura sin caer en el diagnostico subjetivo, lo que es bueno o malo para unos, no lo es para otros, luego entonces la cuestión se racionaliza y quedan dos vertientes.

La primera, con un poco de ironía nietzscheniana, sería que para las personas vulgares, ingenuamente buenas, la conducta del PAN con los ex PRI parecerá siempre una traición, un acto de supremo egoísmo.

Viéndolo como estudio antropológico los candidatos, de todos los partidos, son los grandes egoístas. Y la segunda vertiente es que para quienes profesan la ética excepcional del hombre superior, del gran hombre y gran político que debe ser también el gran egoísta, el proceder del PAN será un motivo más para admirarlo y aplaudirlo.

Todas estas figuras ex priistas, hombres y mujeres, ahora se quiebran las manos para salvar la obra maestra de su nuevo jefe. Es más, no las manos, sino el corazón, hace el PAN que se le parta a  los hombres y mujeres otrora priistas, para salvar su victoria, hoy hipotética.     

Con una tendencia invasora, absorbente, del carácter de un partido que se ha metido de lleno en la mente de sus ex oponentes y la ocupa toda con su esencia y ambición de poder. Cabe señalar que el poder de adaptación de los ahora neo panistas es enorme. Defienden su nueva causa como si fuera su causa de siempre.

Llego a la conclusión de que en el PAN la realidad política no existe, todo depende del punto de vista. Y como a los candidatos les sobra paranoia, el fin último de los mercenarios será siempre ese, un recurso de utilería, y en el mejor de los casos unos actores de reparto.
El tiempo hablará.

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