Conocer la historia evita que se repita, el Gobernador Egidio Torre Cantú la conoce y por ello respaldó la propuesta de la Presidente municipal Norma L. Salazar para llevar a cabo el relevo en la empresa para-municipal.
A unos cuantos días de la asunción del ingeniero arquitecto Guillermo Jesús Nieves Reyes en la gerencia de la JAD flota en el ambiente político y social de Matamoros una sensación de preocupación, pues el nuevo residente de esta ciudad, con apenas unos meses aquí, recibe la mayor responsabilidad en el pueblo, solo después de la de Presidente Municipal.
Si bien se agradece que no entraran en conflicto los miembros del consejo, pues solo fue una propuesta la presentada, si deja una sensación de abandono al no encontrar la primera autoridad a un vecino tradicional, con las aptitudes necesarias para dirigir la empresa.
La importación de profesionales no siempre ha dado buenos resultados, se otorgará el beneficio de la duda, aunque es notable y notorio que desde la administración de Jesús Roberto Guerra la JAD, no ha vuelto a operar en números negros ese importante bastión de la administración pública del municipio.
La sociedad espera que la lección se haya aprendido y que los cambios por venir den la oportunidad de mejorar las cosas, aprendiendo de la historia y recomponiendo las cosas, considerando un privilegio el servir desde ahí, sin la intención de acumular antigüedad laboral, pues desde la administración de Ramon Sampayo se instauró el sistema de liquidación para los gerentes en turno, lo cual derivó en el incremento de los gastos de la paramunicipal.
Así es, en efecto, los gerentes después de tener la oportunidad de cobrar un gran salario y el privilegio de servir a la sociedad, optaban por despacharse con la cuchara grande a la hora de prescindir de la fuente, pues según ellos las leyes los protegen.
Antes, cuando la política se entendía de otra manera, el gerente llegaba y él y cada uno de los colaboradores de confianza firmaban su renuncia en blanco, pues la vergüenza era equiparable al futuro político que se avizoraba.
Todo eso se perdió, cuando un gañan decidió que sus servicios debían ser recompensados y el mal ejemplo cundió hasta nuestros días.
Ojalá exhiban a los que ahora pretendan emular esas prácticas que atentan no contra la empresa sino contra la población en general, pues la JAD es de todos los que vivimos y pagamos el servicio en esta Heroica Ciudad.
La sociedad estará muy atenta al manejo financiero de la empresa, urge ya una directriz honesta y comprometida que dé el servicio y que cobre lo justo, que llegue a servir y no a servirse.
La historia consigna que solo dos gerentes han hecho operar la empresa con números negros, Don Florentino Cuellar y Humberto García Arizpe, los dos con arraigo en la ciudad y con compromiso con la honestidad, veremos ahora que hace un fuereño por LA JUNTA DE AGUAS Y DRENAJE DE MATAMOROS.
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