ATENCIÓN
El contenido de este sitio ha sido modificado temporalmente durante el periodo comprendido del 23 de diciembre del 2023 al 2 de junio del 2024, en atención a las disposiciones legales en materia electoral con motivo del inicio de las precampañas y campañas electorales del proceso electoral federal 2023-2024.


Del perdón del Sr. López Obrador

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


Andrés Manuel López Obrador, quien aparece como el candidato de la izquierda mexicana, ha salido a decir en entrevista al diario español El País que perdona al Presidente Felipe Calderón Hinojosa, nota que han recogido los diarios mexicanos, El Universal de la Ciudad de México y El Porvenir de Monterrey, entre otros.

 Si partimos de que los izquierdistas, es decir, todas y cada una de las personas que buscan desde la izquierda de la geometría política pugnar por un cambio del estado actual de las cosas en México y los demás países del orbe, se han representado como personas limpias, de corazón abierto y con sentimientos de generosidad, que son y han sido las banderas de la izquierda desde siempre, habrá que concluir que esa afirmación es válida.

 Si sabemos, como mexicanos que conocemos el devenir de la política en nuestro país y estamos enterados de cómo se han manejado las circunstancias políticas en México, la cerrazón del Sr. López Obrador cuando perdió la elección para Gobernador de su estado natal, Tabasco y ocupó la plaza pública frente a Palacio de Gobierno; si pudimos percatarnos de la protesta que tuvo bloqueando Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, podremos pensar que su posición no es del todo sincera.

 Más de un mexicano, como yo, quisiera estar cierto que la izquierda es el camino natural para acceder a mejores estadíos de vida, pues hemos visto la derecha, la ultraderecha y los brazos armados de quienes se niegan a perder uno solo de los privilegios de que actualmente disfrutan, actuar en contra de los más caros intereses de la nación mexicana.

 Lamentablemente, los que se ostentan como de centro, por su tibieza, han permitido que México haya llegado al grado de descomposición en que actualmente se encuentra.

 De los demás, los que sólo usan las franquicias políticas como medio para medrar a costa de los ciudadanos, no vale la pena hablar.

 Sin embargo, ¿Cómo han de convencerme de las bondades de la izquierda si quienes aparecen como sus mejores hombres deberían estar en presidio? ¿Cómo permitir que el de las ligas sea representante popular arropado por el Sr. López Obrador?

 México debería ser potencia mundial por su riqueza natural, por la calidez de su gente, por la inmensidad de sus bienes y por el trabajo de sus hombres y mujeres.

 México debería perdonar, como lo anuncia el Sr. López Obrador, a todos y cada uno de los que han generado el problema actual pero el perdón, no puede abarcar la impunidad, no puede llegar al extremo de repetir las conductas que tanto daño han causado. El perdón no puede ser patente de corso que cause un nuevo agravio a la sociedad mexicana, ya tan lastimada.

 Cuando un ciudadano, quien quiera que sea, se sabe tan por encima de la ley que se atreve a perdonar y a asegurar que no abrirá el expediente de la votación de 2006, está otorgando más que un perdón: está expidiendo una orden de impunidad y eliminando cualquier acción legal que él mismo o cualquier otra persona que pudiera sentirse agraviada, estuviera en posibilidad de hacer valer por ese o por cualquier otro hecho pasado. Su perdón como candidato no puede ser válido si garantiza una impunidad. Ese perdón no es correcto y de nueva cuenta, es una afrenta a la sociedad.

 Lo que sí es válido, es que cada uno de nosotros, de los mexicanos que, con independencia del color o de la geometría política, amamos al país, hagamos lo que está en nuestras manos para hacer que vuelvan a reinar la paz, la seguridad, el imperio de la ley, en cuanto esa ley sea justa y no, las aberraciones que se han dictado, que van en contra no sólo del espíritu constitucional, si no también, del sano pensamiento lógico y de un mínimo de inteligencia.

 Vamos por un México nuevo, de hermanos, que luchen por su país con la educación, la mano franca y el trabajo como banderas. Olvidemos para siempre la confrontación. Perdonémonos nosotros mismos por nuestra desidia y hagamos lo necesario para trazar un nuevo rumbo.

 Vale la pena.

 Me gustaría conocer su opinión.

Facebook Comments

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)