“Este es un mal país para los que tienen hambre”: Nietzsche.
Materialismo histórico
El amor sin aflojamiento del glúteo, es pura demagogia: Karl Marx.
Sale adivinanza
Mis pesares no resuelvo
Ni tampoco se me quitan,
Mata la ilusión del pueblo
Y también a las viejitas.
Dice el compañero Noé Rodríguez que en los versos del Guajo hay mucha metáfora porque me gusta que me la metaforicen. Ese bato no sabe nada del romanticismo barroco.
Ya que andamos por los rumbos del campo legislativo, ai les van unas cuartetas que puede rescatar en mis lánguidas cavilaciones del insomnio reiterativo.
Sale:
La vida no vale nada,
De pena quiero morir,
En lugar de debatir
Se cogen a puñaladas.
Nadie los quiere por eso
Y de ellos nadie se fía,
Nomás los puñales brillan
En el mentado congreso.
Letrilla dedicada a una alcaldesa panista muy querida por el pueblo:
Anda corre ve y dile
Que la pasión me rebota,
¿Porqué le dicen la Tota?
Es una gorda con chile.
Aprueba senado fiscalía anticorrupción
Así ha si doy así es
Y no hay más que aguantar vara,
Cuanti más inútil es
Suele salirnos más cara.
Ya no hay flores en mi huerto
Si la adversidad me aprieta,
Es como si a un pobre muerto
Le tejan una puñeta.
2004
Las autoridades policíacas mexicanas hicieron un llamado de atención a las actrices norteamericanas Sally Field y Jane Fonda: “Deberían protestar en su país por los asesinados en Irak”, más o menos, así dijeron con lacónica sensibilidad nuestros cuicos tercermundistas.
Esas mujeres, que ya vieron pasar sus mejores años, a falta de chamba en Jólibud, en lugar de enclaustrarse en alcoholizada nostalgia por el glamour perdido, se dejaron caer por nuestra frontera para protestar por las muertas de Juárez.
Y tiene razón nuestros guardianes de guarache, ¿qué les cuesta esperar a las malditas intervensionistas, que el número de nuestras asesinadas supere a los masacrados en el medio oriente?
Entonces sí, tendrían todo el derecho de venir a meter su cuchara y hacer el argüende que les de su regalada gana.
Además, no tendrían que esperar mucho, para como van las cosas ya mero los alcanzamos.
Pinches viejas, si sus asesinos de allá se dan gusto tronando a cuanto desarrapados se les atraviesa, ¿porqué no dejan que nuestros asesinos de aquí hagan lo suyo?
No hay derecho.
El Guajo.
Gur bay
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