SENCILLITO
Por ALBERTO RODRIGUEZ ROMERO
Uno de mis lectores, me preguntó porque no había escrito el miércoles y el viernes de la semana anterior, a lo que respondí que laboro en un despacho jurídico y hay ocasiones en que el trabajo no deja tiempo libre para desmenuzar las noticias y explicarlas sencillito.
La litigada se ha convertido más que en un modus vivendi para un servidor, en una escuela donde el derecho es primordial para vivir en armonía.
México es un país con tanta legislación para garantizar ese respeto de todos y para todos, del derecho humano, del derecho de las niñas, niños y adolescentes, del derecho constitucional, del derecho a la salud, al trabajo, al libre tránsito, a la democracia.
Y uno espera que el gobierno sea uno de los garantes de que se aplique dicho derecho, porque es su obligación y quienes deben procurarla.
Cuando nombraron al doctor Abelardo Perales Meléndez como el abogado del gobierno del cambio, surgió mucha esperanza entre la ciudadanía porque es una persona apreciada y catalogada como honesto y recto.
Es doctor en derecho y se mantiene siempre vigente y preparándose, porque lo mismo lo vemos en cursos y diplomados, porque el derecho, para aplicarlo correctamente, hay que mantenerse siempre vigente y él lo está.
Sin embargo, este recto personaje jamás imaginó que iba a entrar en un gobierno donde el derecho no es primordial, pues lo han pisoteado en todas sus formas, especialmente en derecho laboral y derecho humano, artículos primordiales de la Constitución.
Todos se los han pasado literalmente por el arco del triunfo, a pesar de los sabios consejos del doctor Abelardo, ya les dijo de una y mil maneras que no es correcto los despidos masivos, que en vez de ahorrar dinero van a hacer gastar al gobierno una cantidad que obligará a una verdadera austeridad, porque no habrá presupuesto.
Pero estos nuevos funcionarios llegaron con sed de sangre, con sed de poder y lo están ejerciendo con la única ley que conocen, la ley del monte.
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