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¿El más poderoso secreto o el más grande error humano? (1ª Parte)

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


DE CULTURA Y MÁS…
Por Alejandro Capistrán

La alquimia es el mejor ejemplo que se puede dar de la forma en que no sólo una teoría, sino un conjunto de estas pueden ser un modelo erróneo de aproximación a la realidad.
Por otra parte, es la expresión plena de cómo el primer pensamiento científico no podía separarse de elementos místicos y espirituales propios de las especulaciones metafísicas. Y es que, se ha considerado a la alquimia como “el secreto más grande y poderoso que pueda poseer un hombre (o una mujer según sea el caso)”; aunque también se le ha mencionado como “la historia de un mito o un error”; mientras que también se le ha presentado como una ingenua o fraudulenta búsqueda de salud física y poder mundano, por medio del intento de transmutar los metales innobles en oro.
No obstante, hubo quienes la concibieron como un “arte divino”, que sólo puede ser practicado por investigadores sinceros y puros de corazón. Pero lo cierto es que, la alquimia representa un punto clave en la historia de la ciencia moderna…
La alquimia se desarrollo en el transcurso del tercer siglo antes de cristo en Alejandría, Egipto. Ésta consistía en una combinación de las artes metalúrgicas egipcias, la pintura y el trabajo con vidrio, aplicando todos estos aspectos a la búsqueda de métodos para cambiar la materia y prolongar la vida.
La verdad, esto suena como a clásica literatura ficticia, pero al igual que la religión, existieron personas que desarrollaron esta creencia en base a distintos métodos de investigación.
No obstante, a partir de Alejandría, la alquimia comenzó a extenderse por todo el mundo y en cada país recibió la influencia de la cultura imperante; por ejemplo, los alquimistas árabes aplicaron los conceptos de la alquimia a sus conocimientos de medicina. También desarrollaron la teoría de que algunos metales estaban compuestos de los elementos azufre y mercurio.
Y no me sorprende que los primeros alquimistas otorgaran propiedades mágicas a elementos y sustancias, pues ellos creían que todas las sustancias provenían del interior de la tierra debido a varias combinaciones de los mismos elementos –mercurio y azufre- y que estos dos elementos tenían cualidades opuestas.
Por ello, también consideraron que su unión adecuada produciría la llamada “Piedra Filosofal”. Y es que, según sus suposiciones, ésta era la sustancia mágica que hacía que los metales como el plomo y el hierro se transformara en el tan preciado oro.
Y mientras algunos alquimistas se dedicaban a la búsqueda de la piedra filosofal, otros dirigían sus esfuerzos a dilucidar el gran misterio del “elixir de la vida”. Ya que según Arnau de Vilanova, el famoso alquimista catalán del siglo XIII, éste elixir “haría que los ancianos recuperaran su juventud, disiparía los venenos del corazón, fortificarían los pulmones, regeneraría la sangre y sanaría las heridas”.
Cuántos hombres en este mundo no desearíamos realmente ser poseedores de éste elixir… en fin; ésta búsqueda del misterioso elixir de la vida continuó hasta 1513, cuando el explorador español Ponce de León inició sus pesquisas de la fuente de la juventud en el nuevo mundo…

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