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El declive de la educación en México (2ª y última parte)

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


DE CULTURA Y MÁS…
Por Alejandro Capistrán

Por otro lado, los sistemas educativos pierden fácilmente de vista el aprendizaje, como en apariencia lo han hecho los presidentes de México, idea que se puede deducir en el siguiente párrafo:

«Lo que quiero subrayar es que los presidentes no tenían una visión de la educación como instrumento fundamental para construir una sociedad y un país más abierto, más consciente de sí mismo, menos desigual.»

Ni los presidentes que ha tenido nuestro país, ni los políticos que lo han rodeado, han tenido realmente una visión clara y certera de lo que se requiere para educar a un pueblo en el sentido cultural y de aprendizaje, ya que hay intereses de por medio. Se han privilegiado esos intereses y las estructuras, las inercias y los balances de poder y de decisión en lugar del aprendizaje. No es suficiente querer crecer, querer más educación; por muchos años se ha hablado de lo mismo y no pasa absolutamente nada, se requiere cambiar hábitos, actitudes, valores, principios; se requiere reinventar a México y a los mexicanos mismos para una cultura superior, una cultura de aprendizaje.

Ya que educación y aprendizaje se parecen, pero no son lo mismo. La educación se refiere a estructuras y arreglos formales ( físicos o virtuales) para tratar de transmitir conocimientos y habilidades; mientras que el aprendizaje tiene que ver con las formas naturales y ambientales en las que los seres humanos estamos diseñados, organizados o expuestos para adquirir y desarrollar habilidades, inteligencia y conocimientos. Éste enfoque educativo ha provocado una política pública que favorece estructuras y reglas en lugar de ambientes y experiencias…

No obstante, el declive de la educación en México, no solamente se la debemos a nuestro sistema educativo, sino también a nosotros como ciudadanos, y es que ya sea en la intimidad del hogar o del aula o de la empresa, nada ni nadie nos impide que uno lea un libro en lugar de ver televisión; que uno convoque a una reunión de inteligencias en lugar de acudir a una manifestación de anuencias; nada nos impide ni siquiera los arreglos más individualistas en las cúpulas de poder, caminar hacia un museo o hacia la biblioteca en lugar de acomodarse en el sofá a abandonarse en la holgazanería. Creo profundamente en el poder de uno mismo como la mayor palanca del cambio para todos en el sistema educativo. Por eso, ahora que la educación en México se encuentra en un estado grave y que el sistema le está fallando a niñas, niños y jóvenes del país al no garantizar su derecho a la educación gratuita, laica, obligatoria, universal y sobre todo, de calidad. Es responsabilidad de cada uno de nosotros – alumnos, maestros, padres de familia y las autoridades correspondientes- que asumamos nuestro deber como actores de la comunidad educativa…

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