SENCILLITO
Por ALBERTO RODRIGUEZ ROMERO
Este raro crepúsculo que se vivió a mediodía, donde aún hay luz, pero no se oscurece del todo. Ese donde las luces de los autos no iluminan a pesar de estar encendidas, dejó al descubierto la pelea por la dirigencia estatal del PRI.
José Murat, con toda la experiencia del mundo logrando unificar criterios y proyectos, en Oaxaca logró unir a todos en su contra, tiene enfrente un pleitazo por el principal hueso que queda disponible para los priístas.
Las delegaciones ya fueron entregadas, bueno queda la Secofi que quedó acéfala después de la encuerada que le dieron al “Palomito”, quien está impedido por 10 años para ejercer, pero ese tema ya pasó.
Leyendo a algunos colegas periodistas, y platicando en el café, las patadas debajo de la mesa están en su mayor apogeo, entre quienes, al no haber gobernador de su partido, sienten que su grupo es quien debe tener el poder.
Por lo pronto Sergio Guajardo Maldonado no está aguantando la presión; publicó el fin de semana que no estaba negociando nada, que tenía la mayoría a su favor. Hasta ahí todo hubiera estado normal, los dimes y diretes de siempre, los que le can sabor a las contiendas.
Pero filtraron en redes una conversación que tuvo por wathsapp con alguien a quien le debía algo, truqueada o no, pero que hizo que la herida sea casi imposible de cerrar, pues en ella dice que ya tiene de su lado los consejeros que estaban con Arreola, ya que le estaban ayudando de la General… sí del gobierno panista.
Esto último era un secreto a voces, había una mano meciendo la cuna, desde antes, con una presidenta interina muy contenta y muy callada, dejando fluir todo.
Ya contestó Luis Enrique Arreola, que él se la juega con Oscar Luebbert.
Y Oscar Luebbert no ha entrado en esa discusión, muy tranquilo ha dejado en claro que sigue trabajando en los amarres.
Así son los priístas, se enojan, se encienden, se pelean, pero al final, siempre salen unidos… y esta no será la excepción.
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