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¿Cuidando el orden?

(Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa)


SENCILLITO

Por ALBERTO RODRIGUEZ ROMERO

En los tiempos de violencia que se viven en la capital, buscamos mantenernos alertas porque nunca se sabe en qué momento “saltara la liebre”.

No solo por el hecho de estar en “el lugar y hora equivocados”, sino por los peligros que estas situaciones tienen a su alrededor, que es el tránsito de las patrullas a los puntos rojos, van a altísima velocidad y si no estamos atentos, podemos estar involucrados en accidentes graves.

En fin, esto es cuando hay momentos de alerta, algo “normal” en estos tiempos, pero ¿qué pasa cuando estamos en situaciones de son esparcimiento? ¿Cuándo estamos en un campo deportivo jugando algún deporte? ¿de quién tenemos qué cuidarnos ahí?

Si usted dijo que de los policías déjeme decirle que tiene razón.

El jueves por la tarde, al ir a caminar a los campos del IPSSET, observé que el equipo de unos amigos iba a jugar, están en cuartos de final o semifinales de la Copa Gobernador, ¿qué podría pasar?

Cuando supe quién era el rival esperé un partido aguerrido, pero bueno, de hecho fue intenso e interesante, hasta que llegaron unos de la porra en estado inconveniente y armados.

Empezaron a gritarle insultos a los rivales y al árbitro, y a pesar de que iban ganando, en el segundo tiempo agreden a un jugador del equipo contrario y se meten al campo, el árbitro decide suspender el partido por falta de garantías.

Hasta ahí puede sonar a un juego dominical y hasta cierto punto normal, sólo que adivinen a ¿qué equipo estaban echando porras los etílicos armados? Comisión Estatal Antisecuestros.

Así es, quienes deben velar por la seguridad ciudadana, combatir los secuestros con inteligencia y sobre todo mostrar respeto ante los civiles de bien, se portan altaneros, violentos y mandones.

En una ciudad donde todos los días hay denuncias en las redes de secuestros y violencia, estos sujetos se emborrachan y se envalentonan con ciudadanos indefensos.

Esta hediondez no la han podido erradicar los vientos de cambio, parecen arremolinados a mantenerse estancando el derecho de diversión sana y competitiva de los ciudadanos de bien. Si esto hacen en un torneo oficial del gobierno y en campos del gobierno, ¿cómo cuidarán el orden?

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