Por Pegaso
Recostado en mi cumulonimbus favorito me puse a repasar el material que nos proporcionó la doctora Diana Guardiola durante el taller «Signos correctos, ideas claras», el sábado de la semana pasada, porque resulta evidentemente cierto que la redacción en los medios de comunicación locales deja aún mucho que desear.
Y como lo dijo en la introducción a ese pequeño curso, necesitamos, además de informar, educar a nuestros lectores en la buena redacción para que mejor comprendan lo que nosotros, los periodistas, tratamos de transmitirles.
Diana Guardiola, reynosense, avecindada en España desde hace algún tiempo, es autora de libros de texto que se utilizan en escuelas primarias para introducir a los chamacos en la buena redacción, pero también en instituciones superiores como la Universidad Pedagógica Nacional, para enseñar a los futuros profesores para que no den pena ajena cuando se ponen frente a grupo.
Y la especialista en lingüística, que es una chucha cuerera en eso de los signos, nos entregó a nosotros, los cuatro o cinco reporteros que asistimos al curso, una serie de fórmulas visuales que son «oro molido» para quien desee aprovecharlos y mejorar su redacción.
Se nota que se pasó horas y horas investigando los significados fonéticos de los puntos, comas, signos de admiración, de interrogación, comillas y guiones.
Lo que motivó a las Guardiola-me refiero también a su hermana Sandra, presidenta de COPARMEX Reynosa-fue una entrevista radiofónica que les hizo la maestra María Luisa Guerrero, en Radio Avanzado, pero también el análisis de la forma en que los periódicos locales redactan la información.
Y no es que estemos tan mal, en comparación con otras ciudades, pero sí hay mucho que mejorar en materia de la utilización de los signos.
En una primera evaluación, con un texto de una cuartilla de extensión a doble espacio, nos pidió que colocáramos comas, puntos, comillas, punto y comas, etc., y luego preguntó cuántos signos utilizamos en total.
Algunos dijeron que ocho, otros que diez o doce, y los que mejorcito andábamos, veinticuatro, de un total de 32 que debían aparecer, en apego a los reglamentos de la Real Academia de la Lengua Española.
Hay que reconocer que se ha avanzado mucho en el tema de la buena redacción y uso de signos.
Allá, en mis tiempos, pocos periodistas tamaulipecos eran egresados de instituciones de educación superior, y cuando mucho, teníamos la secundaria.
La gran mayoría eran producto de la universidad de la vida, y yo recuerdo, por ejemplo, que se decía de Juanito Ramos que era el columnista más leído de todo el Estado.
Eso, por supuesto, lo llenaba de orgullo, pero luego le aclaraban que era el más leído porque tenían que leer su columna dos o tres veces para entenderle.
La frase «escribes con las patas» describía gráficamente lo que pasaba en las salas de redacción. Tal parecía que tomábamos un montón de letras y las aventábamos en la hoja para hacer los textos.
Poco a poco fue cambiando todo.
Empezaron a salir de las aulas nuevos profesionistas de la comunicación, quienes vinieron a enriquecer las redacciones periodísticas (y también las radiofónicas).
Año tras año, se suman nuevos miembros al universo de informadores y poco a poco, por un efecto de vasos comunicantes, nuestra forma de presentar las noticias al público va mejorando.
Por eso mismo resulta valioso que especialistas como Diana Guardiola se den un tiempecito para aportar su «granito de arena»-como ella misma lo dijo-para abonar a la mejor comprensión del contenido periodístico por parte de nuestros lectores.
Aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: «Los caracteres gráficos que simbolizan vocativos suelen ser comprendidos de una manera más eficaz mediante el líquido vital que circula por venas y arterias en los seres vivos». (La letra con sangre entra).
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